En 1956 la empresa multinacional IBM lanzó al mercado el primer disco duro magnético. Consistía en 50 discos de aluminio de 24 pulgadas con 2 brazos para seleccionarlos y buscar la pista de grabación.
La capacidad del disco duro era de 5 MB, ocupaba más de 2 metros cuadrados y pesaba más de una tonelada, teniendo que ser movido por grúas y transportado en aviones de carga.
Equivalían a unas 64.000 tarjetas perforadas, que era el sistema que se usaba en aquella época para introducir información en un ordenador.
Se construyeron más de 1000 sistemas RAMAC 305 que sustituían a estas tarjetas y fueron el inicio de toda una revolución en el almacenaje de datos en formato digital.
Hoy en día cualquier dispositivo electrónico tiene una capacidad 1000 veces mayor a ese primer disco duro en menos de 1 centímetro de tamaño. ¿Os lo imagináis?
